Imola…. El informe de un magnífico domingo….

Una de las suertes que me ha sucedido recientemente es la invitación de Bimota y del Team Alstare para asistir en directo a la primera etapa italiana del campeonato del mundo de SBK. Así, como un niño en el país de los juguetes, me encontré en el circuito Dino y Enzo Ferrari de Imola, entre mil "golosinas".

Mi guía fue Silvano Martinotti, el nuevo director de ventas italiano de la empresa de Rimini. Tuve la oportunidad de admirar en persona a los hombres y a las motos que, gracias a su técnica, clase y valentía, hacen latir más rápido el corazón de millones de aficionados de todo el mundo. Tanto en el paddock como en la pista brillan las estrellas de la galaxia Bimota.

Las luces de los BB3, DB8, Tesi 3D-E, DB9 Brivido expuestas en el área de hospitalidad iluminaron los ojos de miles de motociclistas. Y justo entre los bordillos del circuito de Santerno, Ayrton Badovini y Christian Iddon fueron los corceles que dieron rienda suelta a los caballos del BB3 dirigido por las expertas manos de los técnicos dirigidos por Francis Batta.

El momento deportivo más emocionante fue cuando Ayrton, al final de la segunda manga, regresó al garaje y largos aplausos acogieron su marcha triunfal; el abrazo con Batta y la alegría de ambos conmovieron a todos. Detrás de cada carrera está el compromiso, las intuiciones, los sacrificios, el esfuerzo y la determinación de muchos hombres y cuando llegan los resultados te sientes aún más orgulloso de formar parte de ese grupo.

Para mí el motociclismo es sólo aparentemente un deporte individual; El piloto es el último eslabón fundamental de una cadena que surge de la visión de un técnico, donde la mente y el pulso se condensan en un todo convincente. En el garaje de Imola se respiraba durante un rato la misma confianza que reinaba en Donington en 1988, cuando Davide Tardozzi con una Bimota ganó la primera manga del campeonato mundial dedicada a los derivados de serie.

Es agradable ver hoy nuevamente a Bimota comprometida con llevar el tricolor a lo alto en todo el mundo. En el stand tuve la oportunidad de encontrarme y charlar con Marco Chiancianesi, que dirige, junto con Daniele Longoni, el taller de Rímini. Me llamó la atención la idea de centrarme en la ecuación Bimota-tecnología. Para él, las próximas Bimotas deben ser expresión de la mejor tecnología aplicable a las dos ruedas, para responder mejor a la necesidad de mejorar el placer de conducir una moto.

ALFREDO DI COSTANZO