El funeral de Simoncelli, entre notas de Vasco y aplausos interminables

Tanta emoción y participación, que también se pudo ver a través de la pantalla de televisión, ayer durante el funeral de Marco Simoncelli. En una iglesia repleta y en un país invadido por quienes querían participar en el último adiós al piloto de Coriano, el ambiente creado conmovió incluso a quienes poco o nada sabían de Marco Simoncelli. Al funeral asistieron corredores, compañeros y amigos de Simoncelli, entre ellos Valentino Rossi, Loris Capirossi, Andrea Dovizioso, Jorge Lorenzo y muchos otros, todos para mostrar afecto y cercanía tanto a Marco como a su familia. Mucha emoción, pero pocas lágrimas, no porque no hubiera dolor que mostrar, sino simplemente porque a Marco no le hubieran gustado, era alguien a quien le encantaba reír y que hacía de la sonrisa su tarjeta de presentación.

Mucha gente, globos con número 58, el que lleva impreso la moto de Simoncelli, hecha volar en el cielo, muchas camisetas, gorras, pancartas y banderas para recordar al Sic, como todos lo llamaban. Antes de la ceremonia, numerosos y prolongados aplausos mientras el féretro de Simoncelli, llevado a hombros por sus amigos, cruza el umbral de la iglesia. Durante toda la ceremonia, junto al cuerpo de Marco se encuentran dos de sus motos más significativas, una de las cuales guardaba en su habitación junto a su cama.

A la salida de la iglesia es conmovedor el gran abrazo de la multitud, el ataúd está colocado en el centro, mientras las notas de "Sono solo noi" de Vasco Rossi, la canción favorita de Marco, y papá Paolo se sienta en el suelo junto a su hijo mientras sostiene a la pequeña Martina en brazos. Entre las imágenes más evocadoras del día también se encuentra un abrazo de la madre Rossella a Valentino Rossi. Las palabras de su novia Kate y del Doctor Costa recuerdan a los presentes que Marco vive y seguirá viviendo dentro del corazón de cada uno de nosotros por lo que supo transmitirnos.